miércoles, 28 de junio de 2023

La perversión burocrática – un ejemplo

Los elencos artísticos de la Nación son instituciones nacionales con un plantel de cargos nítidamente definidos. A los mismos se entra por concurso de oposición y antecedentes.

Los concursantes suelen ser artistas escénicos profesionales que, en el momento de su concurso, se encuentran empleados en conjuntos artísticos públicos de menor envergadura. Quieren ascender.

Al ganar el concurso, el Estado los hace esperar 6-12 meses al primer cobro de sus haberes.

Para poder pagar el alquiler y comprar comida, muchas veces ocurre que los ganadores de un concurso pretenden no renunciar inmediatamente a su cargo anterior, por lo menos hasta que el nuevo sueldo empiece a llegar a su cuenta.

Sucede que RRHH (Recursos Humanos) de Cultura persigue actualmente a cualquier agente que comete este “delito”, el de encontrarse en situación de simultaneidad de dos empleos o contratos (Decreto Nº 8566/61 con sus modificatorios y complementarios sobre la Incompatibilidad de dos o varios empleos públicos). Los castigos son: no pagarles los haberes por servicios ya prestados ‘accidentalmente’, intimidarlos a que devuelvan sueldos ya cobrados, registrar el “delito” en el legajo personal de los agentes y hasta iniciar una causa penal contra ellos.

Para evitar tal embrollo y humillación, los aspirantes a integrar un elenco artístico profesional empiezan a evitar el ámbito nacional, es decir: muchos ni se presentan en concursos de los elencos nacionales. Los efectos son: el desmoronamiento de instituciones culturales del Estado y el paulatino decaimiento de la calidad de su servicio.

¡Vaya manera del Estado Nacional de pegarse tiros a sus propios pies!

La solución sería tan fácil como esto: pagar un servicio prestado inmediatamente.

Cualquier dirigente del Poder Ejecutivo en Cultura con título de Director para arriba que no pueda exhibir documentación de su creatividad para solucionar el problema, queda en falta con los trabajadores culturales de su área, el mismísimo Estado Nacional y con los destinatarios del servicio, el pueblo argentino.


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