jueves, 11 de febrero de 2021

La aproximación al SiNEP

Hay un fantasma temido por muchos gobiernos en el mundo moderno, el de una posible futura ingobernabilidad de su respectiva Nación.

Los posibles detonantes son conocidos: sobrepoblación, agotamiento de recursos, intoxicación del medio ambiente, ensanchamiento de la brecha entre ricos y pobres, hambre, pestes, conflictos sociales, poderes fácticos amenazando o debilitando el sistema democrático, maniobras geopolíticas por parte de ‘grandes jugadores’, crisis financieras, pérdida de puestos de trabajo por robotización, aturdimiento de las masas por avalanchas de fake news, desvanecimiento de valores tradicionales, deshumanización…

Para mantener la gobernabilidad, los gobiernos ejercen procedimientos de concentración y homogenización. Con eso se busca que el Estado tenga que atender tan sólo a 150 focos de incendio en vez de 1500. La refinanciación de la deuda se negocia con grupos de acreedores ‘en paquete’, cada asunto de productividad con la correspondiente Cámara Argentina de…, el rol internacional del país en la ONU o el G20, los paliativos para disminuir el hambre con las organizaciones sociales, el ordenamiento del mundo laboral con los sindicatos, etc.

En cuanto al terreno que nos interesa –el gremial de los elencos artísticos de la Nación–, esos procedimientos tienen dos efectos inmediatos: 1) La concentración de ocho organismos artísticos del Estado para todos los futuros acuerdos paritarios reduce ocho posibles incendios a un eventual incendio. 2) La homogenización trae el efecto de que las reivindicaciones apuntadas serán naturalmente las que correspondieran a las ambiciones más altas dentro del colectivo, es decir, en caso de necesidades diferentes entre sus partes debería equipararse para arriba, no para abajo.(*1)

A cualquier Estado Nacional le conviene constituirse y reproducirse a sí mismo con criterios de coherencia, eficiencia y transparencia. La salud de las instituciones nacionales es clave, igual que, dentro de las instituciones, la profesionalidad de los servidores públicos. Sólo así podrá realizarse aquella permanente “mística de transformación del Estado”(*2) que no es otra cosa que su adaptación a la permanente transformación de la vida.

Resulta que la edificación del Estado Nacional Argentino, sí, está muy avanzada en sus estructuras administrativas y políticas; un pilar constituye aquella norma concentrada y homogenizada sobre el Sistema Nacional de Empleo Público (SiNEP).
No es el caso en la institucionalidad de sus elencos artísticos, los que, después de su fundación prometedora, pronto se encontraron por décadas expulsados a aquel limbo mal atendido dentro del Empleo Público que siempre queda al margen de la planificación presupuestaria y de las actualizaciones salariales. Se puede decir que, en Argentina, desde el nacimiento de la República, ha habido 205 actos de perfeccionamiento del cuerpo político-administrativo, pero tan sólo una docena de actos constitutivos de elencos de las artes escénicas, en sus actos de fundación y algunos –muy esporádicos– convenios laborales, básicamente. No ha de sorprender que estos padezcan aún toda clase de imperfecciones. Los reglamentos existentes son hasta el día de hoy parcialmente disfuncionales, algunos elencos ni siquiera tienen sedes oficiales, la acción concertada de todas las instituciones afines es la excepción, los presupuestos permiten muy poco despliegue de potencialidades y los sueldos no tienen relación alguna con el perfil profesional de los agentes en cuestión.

La ambición de los instrumentistas, cantantes y bailarines organizados en UPCN es nada menos que elevar su condición laboral al nivel establecido en el resto del Empleo Público.
El concepto elegido es el de abandonar el mencionado limbo y de realizar el acople de los organismos artísticos a los términos existentes en el SiNEP, si bien respetando siempre las necesidades reglamentarias específicas de las especializaciones profesionales en juego.

Los posibles beneficios de un proyecto concentrado y homogenizado dentro del Estado Nacional son los siguientes:
- Si el proyecto está bien confeccionado, apaga también el último incendio.
- Si sus términos son coherentes con los demás conceptos de la edificación del Estado Nacional, aumentará la facilidad de gobierno y la eficiencia de las medidas políticas.
- La calidad del producto aumentará.
- Se hará realizable la difusión masiva.
- Se facilitará la coordinación con actividades formativas de la juventud.
- Podría pensarse más fácilmente en proyectos nacionales integrales: un sistema nacional de escuelas de canto coral desde la niñez que conduzca naturalmente a sus cúspides en las agrupaciones corales profesionales de cámara y de oratorio (faltaría una Ópera Nacional); un sistema nacional de orquestas infanto-juveniles que conduzca naturalmente a sus cúspides de bandas y orquestas profesionales de música argentina y universal; un sistema de formación en danza que conduzca naturalmente a sus cúspides en agrupaciones de danza folklórica y contemporánea (faltaría el Ballet Clásico Nacional).
- Finalmente, habrá un acercamiento notable al noble fin de “conformar una cultura nacional, de contenido popular, humanista y cristiano, inspirado en las expresiones universales de las culturas clásicas y modernas y de la cultura tradicional argentina,…” (*3)

Pues la cultura es importante. Hay efectos colaterales de políticas culturales sistematizadas que quizás son los más importantes de todos: múltiples estímulos al orgullo ciudadano, efectos de formación del “sujeto cultural” como base de la soberanía nacional, la representación internacional, el intercambio cultural y la promoción de la hermandad y convivencia pacífica con otras naciones (véase al respecto el Preámbulo de nuestro proyecto gremial).

Es notable que hoy en día un sindicato (UPCN) esté en la vanguardia ante el Estado Nacional en cuanto a la proyección de soluciones integrales para la reconstitución necesaria de los elencos artísticos nacionales (ver el Proyecto 2 de Reforma del Convenio Colectivo – Decreto 973).

Quizás, una vez establecida la jerarquía que corresponde, el Estado aprovechará mejor la enorme potencia de sus organismos artísticos nacionales, su creatividad y los efectos de sinergia en su actuación dentro de un Estado bien homogenizado institucionalmente en todos sus ámbitos.


*1 “Homogenización” hace referencia a un proceso por el que se hace que una mezcla presente las mismas propiedades en toda la sustancia, porque así lo muestra la regla general y se entiende que se realiza una mejora en la calidad final del producto. (Wikipedia)

*2 Palabras del Presidente de la Nación, en oportunidad de la Apertura de sesiones ordinarias del Congreso de la Nación, 1/3/2020
“Por eso, hoy vengo a anunciar el relanzamiento de un sueño de Raúl Alfonsín, en los albores de nuestra democracia en 1983: el cuerpo de administradores gubernamentales. Un cuerpo profesional de servidores públicos formados con excelencia académica, con arraigo a la carrera administrativa y con una mística de transformación del Estado para ponerlo al servicio de la sociedad.”
Cabe señalar que estos conceptos podrían describir con precisión a los profesionales que integran a los elencos artísticos del Estado.
Además, los conceptos del Presidente –en las citadas palabras y en muchas otras– reflejan un proyecto político de engrandecimiento y potencia del Estado, para no mencionar las frecuentes afirmaciones en otras ocasiones sobre la importancia de la cultura.

*3 Manual del Segundo Plan Quinquenal, llevado a cabo en 1953; Gral. Perón.



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