viernes, 10 de enero de 2020

Pensamientos de Juan Domingo Perón


“Nuestra política social tiende, ante todo, a cambiar la concepción materialista de la vida, en una exaltación de los valores espirituales. Por eso aspiramos a elevar la cultura social. (…) A ello tiende el objetivo fundamental expuesto, en cuanto sienta el propósito de conformar una cultura nacional, de contenido popular, humanista y cristiano, inspirado en las expresiones universales de las culturas clásicas y modernas y de la cultura tradicional argentina, en cuanto concuerden con los principios de la Doctrina Nacional”.
Manual del Segundo Plan Quinquenal, llevado a cabo en 1953.
Gral. Perón



VISTO Y CONSIDERANDO:
Que entre los propósitos tenidos en cuenta por el Poder Ejecutivo al crear la Subsecretaría de Cultura, corresponde destacar como el principal de ellos, dotar al país de las instituciones necesarias a la consolidación de la cultura artística de su pueblo;
PERON – Belisario Gache Pirán – Oscar Ivanissevich
SECRETARÍA DE EDUCACIÓN Decreto N° 35.879 – Bs.As., 20/11/48.



Extractos de LA COMUNIDAD ORGANIZADA en forma de discurso académico (Palabras pronunciadas por el General Perón y texto insertado en las Actas del Primer Congreso Nacional de Filosofía)

¿La felicidad que el hombre anhela pertenecerá al reino de lo material o lograrán las aspiraciones anímicas del hombre el camino de perfección?

Siempre he pensado que mi oficio algo tenía que ver con la filosofía.
El destino me ha convertido en hombre público. Y en este nuevo oficio, agradezco cuanto me ha sido posible incursionar en el campo de la filosofía.

El gran menester del pensamiento filosófico puede consistir […] en acompasar ante la expectación del hombre el progreso material con el espiritual.

Se diría de algunos, que les preocupan menos las verdades que las apariencias, y menos la visión de lo último y lo general que lo inmediato y personal. La marcha fatigosa y rápida de la evolución social, como de la económica, han trastornado los habituales paisajes de la conciencia.

No es frecuente hallar seres que posean una perspectiva completa de su jerarquía. La conquista de derechos colectivos ha producido un resultado ciertamente inesperado: no ha mejorado en el hombre la persuasión de su propio valer. Esa miopía para la nobleza de los valores procede, posiblemente, de una deficiente pedagogía.

Cuando llegamos a Darwin y a sus conexiones con la filosofía, advertimos de pronto que estamos ya muy lejos del mundo de Sócrates y sus figuras pensantes. La evolución se nos ofrece como una teoría biológica que no desease sostener trato de ninguna especie con otro linaje de cuestiones. Y por debajo del mundo científico, se plantea el problema de si el alma humana puede digerir la sustitución de su culto elemental y tradicional, por una exégesis puramente científica.

No es posible fundar sobre una ley técnica, desconectada de las razones últimas, una ley positiva, ni siquiera un tratado de buenas costumbres.
Elevada una explicación semejante a lo general, el hombre, la sociedad o el Estado, se ven obligados a inventar de pronto una escala nueva de valores, una nueva Moral.

El hombre que ha de ser dignificado y puesto en camino de obtener su bienestar, debe ser ante todo calificado y reconocido en sus esencias.

La ciencia puede resolver en la abstracción los problemas, partiendo de premisas igualmente abstractas, pero en la vida de las comunidades los efectos de esas oscilaciones suelen ser muy otros. Cuando un pueblo se aproxima a un momento grave, sus cerebros de primera fila se preguntan si el ánimo estará debidamente preparado para las horas que se avecinan.

Nuestra comunidad tenderá a ser de hombres y no de bestias. Nuestra disciplina tiende a ser conocimiento, busca ser cultura.

Esta comunidad que persigue fines espirituales y materiales, que tiende a superarse, que anhela mejorar y ser más justa, más buena y más feliz, en la que el individuo pueda realizarse y realizarla simultáneamente, dará al hombre futuro la bienvenida desde su alta torre con la noble convicción de Spinoza: “Sentimos que somos eternos”.







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