miércoles, 8 de enero de 2020

Sobre las rutinas de músicos y bailarines antes de volver al escenario, después de las vacaciones

Los instrumentistas de orquesta, cantantes de coro y bailarines son trabajadores de la cultura. Como cualquier trabajador, tienen derecho a vacaciones.

Los hay que ni siquiera en las vacaciones descansan. Sienten la necesidad de mantenerse siempre en perfecta forma, como condición inherente a la vida del artista. No pocos incluso asumen tareas individuales exigentes en estos lapsos. Por otra parte, las vacaciones son ideales para restablecer un estándar de higiene laboral que puede haber sufrido desgastes durante el año de trabajo. En algunos casos son el intervalo necesario para encarar medidas de prevención o curación de las enfermedades profesionales que son frecuentes en este rubro.

Pero también hay los que simplemente “desenchufan” y descansan, en casa o veraneando con sus familias.

Al inicio de la nueva temporada, la naturaleza de su actividad profesional requiere la observación de ciertas rutinas para volver a estar en condiciones de rendimiento sobre el escenario: la musculatura necesita entrenamiento para volver a la tonicidad justa, los callos tienen que crecer al espesor requerido, la resistencia tiene que volver a la altura del rigor profesional, el nuevo repertorio tiene que ser estudiado en casa, luego los conjuntos tienen que ‘reencontrarse’.

Para la fase de ‘precalentamiento’ individual se estima en esta profesión un lapso de +/- dos semanas. Para el proceso de ‘reencuentro’ y ensamblaje de los diversos conjuntos – a menudo con repertorio nuevo– una semana es el absoluto mínimo. Mejor serían dos.

Resumiendo: después de las vacaciones, tres a cuatro semanas es el lapso de preparación que la patronal debería garantizar a sus profesionales de escenario antes de la presentación ante el público.



No hay comentarios:

Publicar un comentario