jueves, 9 de enero de 2020

Sobre el Estado y conjuntos artísticos

Una reflexión sobre planes políticos de abolir el Coro Nacional de Jóvenes.

     Un Estado Nacional ordenado y próspero no se logra de hoy a mañana, respecto de rasgos tan esenciales como, por ejemplo: su historia, la responsabilidad ciudadana, la enseñanza pública, la cultura, el mundo del trabajo, la democracia, métodos de conciliación, estabilidad, reglas, conducción sabia, institucionalidad, una identidad nacional, una mística propia…
     Desarrollar todo eso toma su tiempo.
     
     Un conjunto artístico de excelencia tampoco se forma de hoy a mañana.
     Aquí hay que pensar en su trayectoria, la responsabilidad profesional de sus integrantes, disciplina, una formación académica muy larga, cultura de trabajo (individual y en equipo), la adquisición de experiencia y de un repertorio, estabilidad, reglas, conducción sabia, institucionalidad, una identidad nacional, una mística propia…

     En la condición institucional y artística de cualquier elenco nacional, su configuración administrativa, su planificación y ejecución de las temporadas, el trato interno de los empleados y artistas invitados, su manera de trabajar, su clima social, etc., vamos a encontrar todas las facetas del carácter nacional y de la cultura de la sociedad en general.
     De tal manera es representativo un elenco artístico que de su desenvolvimiento artístico, su estructura de repertorio, su perfil de producción, su cultura de corporeidad su sonido y fraseo en el caso de los músicos–, su espíritu de creación etc., cualquier espectador/oyente intuitivo puede sacar conclusiones sobre la sociedad o nación que la mantiene como institución. Por eso se hizo costumbre recibir en los grandes centros culturales del mundo a los elencos artísticos importantes de los diferentes países. En estas oportunidades, sus integrantes son auténticos embajadores culturales de su país. El brillo de sus presentaciones da testimonio de la potencia creativa, la conciencia cultural, el rendimiento institucional y el relativo bienestar económico y espiritual de la sociedad que la sostiene.

     Tal es el enlace intangible de un Estado Nacional y sus organismos artísticos:
     El Estado crea y mantiene las instituciones artísticas, y las instituciones artísticas reflejan, representan, retroalimentan y reproducen al Estado Nacional.
     Crecen juntos.
     Por cierto, cada Estado Nacional debería constituir y mantener a elencos artísticos de todas las disciplinas y del más alto nivel profesional.

     El Coro Nacional de Jóvenes empezó hace más que 30 años como proyecto de coro de becarios jóvenes.
     En el transcurso de los años alcanzó el máximo nivel de producción artística al que se podría aspirar. Ganó premios en prestigiosos concursos internacionales.
     Sus integrantes se han convertido en profesionales de la música que pueden responder a las mayores exigencias en su especialidad. Abundan los directores invitados que han manifestado su felicidad por haber podido trabajar con este conjunto, por su excepcional nivel artístico y su igualmente excepcional ética laboral.
     Como en todo conjunto profesional estable, el coro ha acumulado a lo largo de los años un enorme repertorio, factor que representa un valor intangible “agregado” que suele escapar a la percepción de muchos funcionarios políticos. Es todo el paquete: la profesionalidad y experiencia de los cantantes, su repertorio acumulado y una historia de recepción por parte del público, el que convierte a este coro en un auténtico patrimonio cultural de todos los argentinos.
     Está preparado para un máximo rendimiento en cuanto a cantidad de producciones por año y a la exposición multimedia. Serviría perfectamente para la ‘exportación’. Representa una de las principales metas para las aspiraciones a la profesionalidad de jóvenes músicos argentinos.
     Con justa razón, la paritaria sectorial 2008 elevó el Coro Nacional de Jóvenes mediante Convenio Colectivo/ Decreto 973 formalmente al rango de los otros elencos profesionales de la Nación. Una pauta principal de Convenio es la carrera de 30 años de los agentes comprendidos. La negligencia de no haber adaptado en ese momento su denominación a la nueva circunstancia (llamándolo Coro Nacional de Cámara –sin límite de edad– por sus características de género artístico) ha resultado un dolor de cabeza político durante los últimos años y lo seguirá siendo, hasta que pueda –ojalá– resolverse pronto y sensatamente mediante la Resolución Ministerial o Decreto Presidencial pertinente.

     Palabras del Presidente de la Nación, en oportunidad de la Apertura de sesiones ordinarias del Congreso de la Nación, 1/3/2020:
     “Por eso, hoy vengo a anunciar el relanzamiento de un sueño de Raúl Alfonsín, en los albores de nuestra democracia en 1983: el cuerpo de administradores gubernamentales. Un cuerpo profesional de servidores públicos formados con excelencia académica, con arraigo a la carrera administrativa y con una mística de transformación del Estado para ponerlo al servicio de la sociedad.”
     Cabe señalar que estos conceptos podrían describir con precisión a los profesionales que integran a los elencos artísticos del Estado.
     Además, los conceptos del Presidente  –en las citadas palabras y en muchas otras– reflejan un proyecto político de engrandecimiento y potencia del Estado.

     Algunas veces se ha observado algunos impulsos políticos del siguiente tenor: Este CoNaJo ya se pasó de edad. Disolvámoslo. Quizás podremos hacer otro coro de jóvenes, “para contener a la juventud”.
     A tales impulsos podría llamárselos irreflexivos al no tomar en cuenta:
- El espíritu y los términos del Convenio Colectivo/Decreto 973.
- El vínculo de inspiración y reflejo recíproco entre un Estado y sus elencos artísticos nacionales.
- El valor intangible del patrimonio cultural que un conjunto artístico de larga trayectoria y de gran repertorio representa para la población.
- El deseo del actual Presidente de la Nación, de ver a los profesionales del Estado en los lugares donde más servirían a la sociedad (un músico profesional, integrante de un conjunto de larga trayectoria y gran repertorio, obviamente seguirá sirviendo de manera óptima como integrante del mismísimo conjunto).
- Que se podría seguir con las dos cosas: la continuidad de una noble institución de artistas profesionales especializados ya existente… y un nuevo proyecto de coro de jóvenes becarios.

     En nuestra opinión (la de los artistas profesionales, integrantes de los elencos artísticos de la Nación organizados en UPCN), atentar contra semejante institución cultural sería un acto de vandalismo puro.
     Una barbaridad.

     Para solucionar el asunto, se necesita en lo inmediato la implementación de una prueba para cubrir los cargos vacantes con personal interino.
     A mediano plazo sería lo más sensato cambiar el nombre del Coro Nacional de Jóvenes en Coro Nacional de Cámara, manteniendo por única vez su personal en funciones y llamando a concurso para cubrir los cargos vacantes de la planta permanente.

     Para cerrar, un poco de música.


Los fundamentos del Proyecto institucional-artístico del Coro Nacional de Cámara [hasta hoy Coro Nacional de Jóvenes].
Ver también: 




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